Saliendo de Quito son unas 3 horas manejando y es más conveniente ir en carro. Un tour organizado de Quito sería lo mejor. Una alternativa más económica seria primero ir en bus a Latacunga. De aquí se puede tomar otro bus o alquilar transporte privado al Quilotoa. Hay un pueblo pequeño en la cima del cráter con hostales, restaurantes, y un parqueadero. Al entrar al pueblo, hay una tarifa de 2 USD1 por carro que da a todos los pasajeros acceso a la Laguna. Nosotros llegamos por el medio día y después de estacionar el carro, nos fuimos al mirador ubicado en la cima del cráter. Hay varios lugares para tomar buenas fotos de la laguna.
Después de tomar fotos, empezamos a bajar el sendero a la laguna. La mayor parte del sendero es de rocas, pero hay partes con arena que son un poco resbalosos. Nos hicimos como unos 35 minutos en bajar a la laguna. Por la orilla hay una tienda donde se puede comprar bocadillos y bebidas. En la orilla también se puede arrendar kayaks por 30 minutos (3 USD), 1 hora (6 USD), y 3 horas (10 USD). Nosotros arrendamos los kayaks por media hora y llegamos más o menos a la mitad de la laguna. Nos mojamos un poco en el kayak entonces después de entregar los kayaks, nos quedamos un rato en el sol en el pequeño muelle. Después, caminamos un rato por la orilla antes de empezar el ascenso de regreso al pueblo. La subida es bien inclinada y más difícil, pero se puede alquilar mulas por 10 USD. Yo me fui caminando y me demoré unos 50 minutos. La altura lo hace aún más difícil y llegue bien cansado.
Cuando llegaron todos, descansamos un rato y después fuimos a un restaurante para almorzar. Luego empezamos el retorno a Quito y en el camino, hicimos una parada en el Cañón del Rio Toachi que queda a unos 20 minutos en el regreso a Quito. Es un lugar increíble y parece que la tierra ha sido partida en dos. Nos tardamos unos 15 minutos tomando fotos antes de continuar el viaje de retorno a Quito. Cuando llegamos a la autopista pasando el Cotopaxi, el cielo estaba algo despejado y se le pudo ver al gran volcán. También se podían ver las otras montañas y volcanes en la Avenida de los Volcanes.