Localizado a solamente 1 hora y 30 minutos desde la ciudad de Cuenca, Ingapirca (quechua para pared inca) es un sitio arqueológico muy bien preservado y sin multitudes para visitar. Nosotros hicimos nuestro viaje desde Alausí y nos tomó 2h30 llegar allí. La entrada costó 2 USD1 e incluyó un guía en el tour que salía cada 30 minutos. La oficina de venta de los boletos tiene un área de espera muy confortable y unos paneles de información para observar mientras se espera por el próximo tour. La entrada en donde comienza el tour está al lado opuesto de la oficina donde venden los boletos, y es el punto de reunión en donde se debe estar cuando ya va a empezar el tour. Las rutas que se deben seguir están claramente marcadas y no está permitido cruzar a las áreas verdes a través de las cuerdas de separación. La primera parada del tour es en unos huecos circulares en la tierra. Esas son las ruinas Cañaris y sirvieron como unidades de almacenamiento de granos que ellos cosechaban. La estructura detrás de esto fue un Templo Cañari usado por miembros de alto rango de la sociedad. Hay una choza que es una réplica de las casas de los Cañaris. La pradera semi circular fue construida en plataformas para crear un terreno más estable para crecer los granos. El templo del Sol fue el templo principal, pero también sirvió como un mirador desde donde se podía controlar las plantaciones.
En la siguiente parada el guía nos enseñó un grupo de piedras que fueron usadas para moler los granos y luego ser fermentados y obtener la chicha, una bebida que se servía en ceremonias. Los Incas tienen 4 dioses principales del Raymi, cada uno tiene una ceremonia ritual asociada con las fases de la agricultura. Esas ceremonias se celebran cuando las semillas son plantadas, luego empiezan a brotar y a florecer, para finalmente cosechar los productos bien conocido como Inti Raymi la cual se sigue celebrando hasta el día de hoy. Después de la caída de los Incas los sacerdotes católicos se apropiaron de las tierras y comenzaron a tomar las piedras desde Ingapirca para usarlas como base en la construcción de sus iglesias. Viendo esto la gente comenzó a hacer lo mismo usándolas para construir sus casas. En 1966 Ingapirca fue declarada patrimonio nacional y en 1970, arqueólogos hicieron campañas para recobrar el trabajo de piedra de los incas de los pueblos vecinos. Las piedras que fueron recobradas se retornaron al sitio en el cual pueden ser vistas alineadas hacia arriba junto al Templo del Sol.
El templo del Sol fue donde las Vírgenes del Sol llevaban a cabo sus trabajos para las ceremonias rituales de adoración al Sol, eso incluía hacer la bebida inca conocida como "chicha", y elaboraban textiles para miembros de la alta sociedad. Las Vírgenes del Sol fueron también sacrificadas, pero solamente cuando había fenómenos naturales como erupciones volcánicas o eclipses. El ritual del sacrificio humano no fue tan cruel como es mostrado en las películas. Les daban una sobredosis de alucinógenos, y después de que ellos morían les hacían una ceremonia funeral para luego llevar los cadáveres a los picos altos de las montañas. Los Incas creían que los topes de las montañas tenían una alta conexión con el Dios Sol. Así es que ellos ofrecían el sacrificio humano suplicando al Dios Sol parar los fenómenos y desastres naturales. Los sacrificios de los animales fueron comunes y representados de acuerdo con el calendario de la agricultura y suplicaban por una buena cosecha. El Templo del Sol es el único templo que tiene una figura ovalada, tiene 37 metros de largo, 125 metros de ancho, esta forma es debido a la influencia Cañari, ya que todas las estructuras cañaris son circulares. Los Cañaris originalmente tenían una piedra ceremonial, la cual se encuentra ahora dentro del centro del templo que ellos usaban para observaciones astronómicas. Cuando los Incas vinieron, construyeron directamente sobre esta roca. Ellos construyeron dos recámaras, una con la cara hacia el este y la otra con la cara hacia el oeste para habilitar las ceremonias en la mañana y en la noche. Esos dos cuartos sirvieron como altares donde mostraban los ídolos de oro representando sus dioses.