A unas 4 horas y 30 minutos sur de Tikal yendo hacia la frontera Guatemalteca con Honduras, se encuentra el retirado y sereno Río Dulce. Aquí hay muchas cabañas rústicas en las orillas al igual que botes y yates; de los cuales la mayoría pertenecen a extranjeros que han escogido este hermoso lugar para jubilarse. La cabaña donde nos quedamos se llama Tortugal y es el lugar perfecto para descansar después de un viaje largo y días llenos de caminatas. Aquí es fácil de pasar el día en la cubierta de la cabaña leyendo un libro o actualizándose con los emails. El agua fresca del río también es excelente para ir a nadar para refrescarse del clima caluroso de Guatemala.
Una Fuerte En El Río
Si no eres unos de los que toman descanso cuando estas de vacaciones como yo, entonces puedes hacer kayak en el río. Es posible ir en kayak al Parque Nacional del Castillo San Felipe que está a unos 30 minutos. La corriente de Río Dulce es fuerte entonces podría ser un viaje fatigante si es que va en tu contra. En la orilla hay un área para dejar los kayaks atados con una soga. El guardia del parque tiene una vista clara de los kayaks entonces están más que seguros aquí mientras vas por el parque. La entrada para extranjeros está en 20 GTQ1 y tu boleto es una hoja informativa tamaño A4. El parque nacional es grande y está bien mantenido. Las instalaciones que ofrece incluyen una piscina, baños, y una área de parrilladas. Los residentes de Rio Dulce saben estar ahí haciendo un picnic y bañándose en el río. Si se te apetece algo de comer, hay algunos kioscos que venden bocadillos. La fuerte está en la península en el punto más angosto del río que lo convierte en un punto estratégico defensivo. En la entrada, el personal valida los boletos y les informa que sigan los rótulos para conocer la fuerte.
Es fácil encontrar el camino por la fuerte y se puede terminar en más o menos una hora. Durante los siglos 16 y 17, había bodegas en el Lago Izabal donde almacenaban bienes para hacer comercio con España. Para llegar al lago Izabal, se tiene que atravesar Río Dulce. Por eso construyeron esta fuerte para defender de los ataques de los piratas que buscaban saquear las bodegas. Varios de estos ataques fueron exitosos y hasta lograron apoderarse de la fuerte y quemarlo. Debido a su posición estratégica, la fuerte fue reconstruida y fortificada muchas veces. También sirvió como una cárcel en un periodo de paz y tranquilidad. En 1955, la fuerte fue reconstruida en base a documentos históricos y excavaciones que se realizaron en el área. El resultado es una colección de cuartos, torres y un calabozo de diferentes épocas.
Una Aventura a Una Cascada Única
En Tortugal nos contaron que había una cascada cerca de la cabaña. No se puede caminar hacia ahí y el transporte público son los colectivos. Para tomar el colectivo2, nos dijeron que teníamos que caminar 20 minutos hasta llegar a la calle principal y esperar al lado de la calle porque no hay paradas. Nos dijeron que pasaban cada 30 minutos y que le pidamos al chofer que nos lleve a Finca El Paraiso. Cuando paso un colectivo, había 2 asientos libres y éramos 3 entonces pensamos que nos iba a tocar esperar el próximo. Pero en Guatemala no hay concepto de colectivos llenos y nos acomodaron ahí. Se supone que el colectivo ya estaba lleno, pero en el camino siguieron parando para recoger más pasajeros. El colectivo ha de tener capacidad para 15 pasajeros pero yo conté 26. Estaba tan lleno que el colectivo no avanzaba a subir una loma y el asistente tuvo que ayudar a empujar.
El viaje a la finca se tardó 40 minutos y nos costó 15 GTQ. En la finca se paga la entrada de 25 GTQ y se camina 20 minutos por el sendero que es fácil de seguir; no hay como perderse. El lugar es completamente natural sin instalaciones entonces se les recomienda ponerse el terno de baño debajo de la ropa. También dejen sus cosas de valores en el hotel porque hay que dejar todo en la orilla. Lo que le hace a esta cascada algo especial, es que el agua hirviendo cae por la cascada y se mezcla con agua fría del río. También hay como ir debajo de la cascada por una cueva que es como un sauna natural por el agua caliente. Ahí conocimos a un chico que resulto ser familiar del dueño y nos guio por los laberintos de cuevas acuáticas. También nos demostró que hay como saltar de la cascada al río pero no nos atrevimos a intentar eso. Las cascada es un lugar mágico y relajante que definitivamente valió la pena hacer el viaje de colectivo.